Im-presionante
Ya tocaba actualizar, pero la verdad es que como siempre me estaba costando. Y es que para mi es la señal inequívoca de que ya se han acabado las vacaciones. Así que aprovechando que ayer ya comenzó de nuevo mi lucha particular en el trabajo, pues... ale!
Nuestra ruta:
Málaga: Viernes, sábado y parte del domingo. Buena compañía, buen tiempo, pescaitos y paella a pie de playa y algún helado que otro.
Granada - La Alpujarra: De domingo a viernes. Hotel situado en frente de la catedral de Granada, inevitable encontrase con los capirotes. Paseos por el Albaicín, procesión, paseos por el Sacromonte, procesión, te moruno y pastelitos árabes, procesión, baños árabe y relax, procesión, visita a la Alhambra, procesión, cuestas y más cuestas, procesión, alguna tapilla, procesión, vistas increibles, procesión, jarapas, procesión, pastela de pollo, procesión, alguna comprilla, procesión y de vuelta. El caso es que no hemos parado y aún así ha quedado alguna cosilla pendiente.
Un muy pequeño resumen de la semana, aunque, sin duda, lo más impresionante ha sido la sensación que se experimenta desde el mirador de San Nicolás. Cuestas y más cuestas que te dejan sin aliento pero que te lo devuelven con sólo tener esa vista ahí en frente.
Nuestra ruta:
Málaga: Viernes, sábado y parte del domingo. Buena compañía, buen tiempo, pescaitos y paella a pie de playa y algún helado que otro.
Granada - La Alpujarra: De domingo a viernes. Hotel situado en frente de la catedral de Granada, inevitable encontrase con los capirotes. Paseos por el Albaicín, procesión, paseos por el Sacromonte, procesión, te moruno y pastelitos árabes, procesión, baños árabe y relax, procesión, visita a la Alhambra, procesión, cuestas y más cuestas, procesión, alguna tapilla, procesión, vistas increibles, procesión, jarapas, procesión, pastela de pollo, procesión, alguna comprilla, procesión y de vuelta. El caso es que no hemos parado y aún así ha quedado alguna cosilla pendiente.
Un muy pequeño resumen de la semana, aunque, sin duda, lo más impresionante ha sido la sensación que se experimenta desde el mirador de San Nicolás. Cuestas y más cuestas que te dejan sin aliento pero que te lo devuelven con sólo tener esa vista ahí en frente.