Qué complicado es contestar algunas preguntas... Los lunes y los jueves por la tarde, una parte de mi trabajo consiste en ayudar a hacer los deberes a un grupo de chicos/as de institutos. La verdad, es que son unas horas bastante entretenidas. Esa acumulación de feromonas en el aire, esos comentarios de edad del pavo y esas ropas y cortes de pelo espantosos que utilizan para integrarse, unidos a su despreocupación general por "saber" (coloquialmente hablando: incultura) y su desmotivación, convierten hasta el peor de tus días en algo divertido. Y es que en esta época tan maravillosa en la que nos encontramos los/as estudiantes, que te hagan una pregunta como: "Profe, dime TRES razones convincentes para seguir estudiando, pero ¡CONVINCENTES!". Ahí una tiene que improvisar, no dejarse llevar por el recuerdo de la biblioteca, ni del cansancio, ni del "NO porque tengo que estudiar", y no sólo eso, sino que hay que poner entusiasmo en la respuesta para que realmente suenen como tres razones convincentes.
Suerte a todos y todas...
Suerte a todos y todas...