La llamada del millón

Contaré brevemente el problema del que hablé en la anterior entrada y su solución, porque sí, sigo teniendo curro. El caso es que a alguien de contratación del Ayuntamiento, llamémoslo X, olvidó mandar el pliego de diciembre de nuestro proyecto, llamémoslo "la gran cagada". Por A o por B no nos han querido dar muchas explicaciones y por C= Campaña electoral nos aconsejaron que nos calmásemos un poco y no hablásemos hasta la famosa reunión del martes. Pero nuestro estado de nervios del fin de semana nos nos permitió estarnos quieto, cosa de la que me alegro, y bastó hacer una llamada a la Concejala a través de la Comisión de empresas y los sindicatos que la componen para que en menos de una 60 minutos, por ahora como se ha dicho, todo estuviese "arreglado". Aún así es inevitable que sigamos sin confiar demasiado de que antes o después nos puedan dar la patada sin más...

¿LEGAL?

Imaginaos la situación: Viernes 22 de Febrero a las 15.00, primera reunión con el equipo de educadores en mi primera semana de trabajo. Saqué el cuaderno suponiendo que evaluaríamos la semana pero no sólo no evaluamos sino que recibimos la noticia de que el día 29 de Febrero nos "echan" y se suspende el programa hasta que se solucione EL PROBLEMA. Un problema que ha causado alguien del Ayuntamiento, más concretamente de Leganés, por no hacer correctamente su trabajo. Un problema que se ha intentado esconder hasta el final, ahora se intenta justificar dentro de la legalidad y las soluciones propuestas son tan absurdas como toda la gente que le rodean. Un problema que no debería de haber existido y que al final no sólo pagamos las consecuemcias los/as trabajadores/as, sino también esos niños y niñas a los que iba destinada nuestra intervención. Un problema que no deja de rondar por mi cabeza y de ponerme furiosa.
Las posibles soluciones del problema... hasta el martes nada.

Dulce agonía

Llevo dos días en el curro nuevo y mi cuerpo y mi mente están como si llevase 5 meses sin parar.
Sabía o creía saber que iba a ser duro pero hasta que no estás metida en el ajo... El caso es que ayer llegué a casa con pocos ánimos. Mis nuevas criaturas son bastante "especiales", no existen normas, ni límites, ni distinción entre afecto y agresividad... Me siento como Michelle Pfeiffer en "Mentes peligrosas". En directo se me agotan las ideas para afrontar las situaciones y por la noche, cuando estoy en casa, no puedo dormir porque la cabeza se me llena de todo tipo de estrategias y soluciones. Por ahora y se que por algún tiempo, todo lo que me ocurre y les ocurre a ellos/as me lo traeré en la mochila de vuelta a casa. Sólo espero que por poco tiempo porque a pesar de los pesares, todo esto me encanta.

Reformas

1. Se acabaron los exámenes. No parece que fuera demasiado mal. Vuelta a la calma.
   
2. Nueva habitación. Nuevos muebles. Nueva tele. Operación limpieza a fondo.
3. Cambio de trabajo. Nuevos retos. Nuevas ilusiones. Empiezo mañana.
   

Sin fuerzas pero contenta

A pesar de mi pausado ritmo, como ya he comentado alguna vez, de vez en cuando mi actividad es tal que en estos instantes me pesan hasta los dedos para escribir. Y ayer, momentos antes de mi plan lo pensaba, uno de los pocos fines de semana que no trabajo y ¿para qué me meto yo en berenjenales? y es que en circunstancias normales, sobre todo sin éxamenes, ese habría sido mi tranquilo fin de semana, estar tirada en el sofá con Alonso viendo el rugby o cualquier otra cosa.

Los exámenes son lo que realmente me trastoca la mente, me atan tanto en algunas ocasiones que siento la necesidad de salir y hacer cosas en cuanto tengo un hueco, aunque sea para descansar. Pero sin duda no quiero que acaparen cada una de mis horas. Así que los planes de reirse mucho y pasarlo bien aunque acabe muerta de cansancio, son los que mejor me vienen para mi desconexión (que hasta mi edad cerebral ha subido por parte del Doctor Kawasima debido al cansancio del cerebro).

Planes de desconexión y agotamiento:
El caso es que el viernes por la noche estuvimos en Getafe en un concierto de mi querídisimo grupo "Fangoria". Alaska tan divina como siempre y sin olvidarse de cantar mis canciones favoritas. Saltar, gritar y cantar. Muy bueno para liberar estrés, pero no tanto si el plan del sábado es salir disfrazada de elefante en una murga de carnaval... XD