¡QUÉ ABURRIMIENTO!

Vaya jueguito que me dan a mi los animales, pero es que no lo puedo evitar. Y sí, estoy más aburrida que una ostra (o que un mono y un perro, lo mismo da), aunque no es porque tenga mucho tiempo libre como dicen algunos por ahí... Si ya de por sí es un rollo estar metida en el curro tropecientas horas pues imaginate cuando además tu compañero te abandona a la hora de comer. No me gusta nada comer sola, en general, la soledad no va demasiado conmigo pero menos en ciertas situaciones aunque los momentos de soledad los necesitamos todos/as. Y después de este pequeño respiro para perder un poco el tiempo, me voy a seguir con mis lentejas...